Horticultura terapéutica mediante implementación de biohuertos para personas con discapacidad intelectual moderada del Centro Niño Jesús de Praga en Ancón

Abstract

La experiencia profesional en el Centro de Atención Residencial Niño Jesús de Praga, Ancón, Perú, se centró en capacitar a personas con discapacidad intelectual moderada mediante la implementación de biohuertos como una estrategia de horticultura terapéutica, utilizando la metodología de “aprender haciendo”. Los resultados obtenidos reflejaron avances significativos en varios aspectos. Se observó una mejora notable en la autonomía de los participantes, quienes lograron desarrollar habilidades prácticas en la siembra, riego, mantenimiento y cosecha de hortalizas. La capacitación en la elaboración de compost mejoró la calidad del suelo, lo que facilitó un entorno más productivo y favorable para las hortalizas. Además, los residentes mostraron una mejora en su autoestima y bienestar emocional, generando un ambiente de cooperación y trabajo en equipo, lo que favoreció el vínculo colectivo entre los participantes. Un logro clave fue el desarrollo de competencias laborales, ya que los residentes demostraron una mayor independencia en las tareas del biohuerto, fortaleciendo su capacidad para participar en actividades productivas. La metodología implementada no solo contribuyó al aprendizaje agrícola, sino que también promovió un mayor sentido de pertenencia y participación activa dentro de la comunidad del centro. Las conclusiones señalan que el biohuerto es una herramienta eficaz para mejorar la calidad de vida de personas con discapacidad intelectual moderada, al promover tanto el desarrollo de habilidades prácticas como el bienestar emocional y social. Se recomienda fortalecer esta metodología, optimizar la infraestructura del biohuerto y forma alianzas estratégicas para garantizar la sostenibilidad del proyecto a largo plazo.

The professional experience at the Niño Jesús de Praga Residential Care Center, Ancón, Peru, focused on training people with moderate intellectual disabilities through the implementation of biogardens as a therapeutic horticulture strategy, using the “learning by doing” methodology. The results obtained reflected significant progress in several aspects. A notable improvement was observed in the autonomy of the participants, who managed to develop practical skills in planting, watering, maintaining and harvesting vegetables. Training in compost improved soil quality, which facilitated a more productive and favorable environment for vegetables. In addition, residents showed an improvement in their selfesteem and emotional well-being, generating an environment of cooperation and teamwork, which favored the collective bond between participants. A key achievement was the development of work skills, as residents demonstrated greater independence in biogarden tasks, strengthening their ability to participate in productive activities. The methodology implemented not only contributed to agricultural learning, but also promoted a greater sense of belonging and active participation within the center's community. The conclusions indicate that the biogarden is an effective tool to improve the quality of life of people with moderate intellectual disabilities, by promoting both the development of practical skills and emotional and social well-being. It is recommended to strengthen this methodology, optimize the infrastructure of the biogarden and form strategic alliances to guarantee the long-term sustainability of the project